jueves, 30 de abril de 2009

El arte de discutir

Claudia Campos. MHS
La divergencia no es de sexos, es humana. Con esta expresión quiero hacer referencia a lo humano que resulta el desacuerdo, el conflicto, el gesto contrariado y los malos entendidos. Basta que dos seres humanos estén juntos, no importa su sexo para que se establezcan y se coloquen en un mismo espacio las diferencias entre ellos. Diferencias que se dan por razones genéticas, culturales, ambientales, de raza, de personalidad y de particularidades de cada uno. Y con mayor razón cuando se trata de dos seres humanos que comparten la cotidianidad: ya que está trae consigo múltiples alegrías pero también tristezas, angustias, cansancio, discusiones y conflictos.
Pero no siempre las discusiones son sinónimo de peleas irreconciliables. Es mas si aprendemos a discutir, estas pueden ser muy productivas para la pareja. Pero es importante tener en cuenta algunas reglas generales que nos pueden servir a la hora de discutir y poder así llegar a tener una conversación exitosa.
La regla de oro número uno Piense antes de hablar. No “descargue” en su pareja todo su enojo sin detenerse a pensar un instante. Antes de hacer un reproche o levantar el dedo acusador, mejor exprese genuinamente sus sentimientos antes de tratar de suponer los del otro. Deje de lado el estilo agresivo, irónico y prepotente y reemplácelo por un tono más cordial. Dialogar es intercambiar ideas, opiniones y sentimientos; no significa competir. Y para ello es importante antes de empezar a discutir, asegurarse de que su pareja esté dispuesta a escuchar, de lo contrario, gastará tiempo y saliva inútilmente. Discúlpese cuando se equivoca. Deje de lado su orgullo es importante que reconozca su error y lo exprese en forma clara y con humildad.
Recuerde que en este dialogo no existen ganadores o perdedores, sino personas que en ocasiones ceden y en otras consiguen el apoyo del compañero. Busque permanente el equilibrio en el que ninguno se sienta manejador del otro ni manejado por él.
Claudia Campos. Psicologa Clinica. Master en Sexualidad Humana y Terapia Pareja.

miércoles, 22 de abril de 2009

Como Superar una Ruptura Amorosa

Claudia Campos. MHS
Generalmente cuando se rompe una relación amorosa o un matrimonio son muchos los sentimientos iniciales que hacen que la vida se torne difícil. Dolor,confusión, vacío y numerosos sentimientos contradictorios. Negación, desamor, frustración, culpabilidad... Todo esto se supera con tiempo y una actitud positiva.
La preparación psicológica ante el cambio es una de las primeras cosas que hay que hacer si se intuye que va a producirse una ruptura. En el momento de la separación, etapa de la ruptura en la que el dolor es más grande, es necesario analizar los sentimientos. No auto culparse, ni vivir sólo de los recuerdos en común y, sobre todo, no sustituir a la pareja por otra para olvidarla. Después de esta primera fase, el resentimiento y la tristeza deben comenzar a superarse. Llega la hora de ser más independiente y ver las cosas de una manera más objetiva. Es el momento de buscar de nuevas formas de disfrutar la vida y de recuperar a los amigos, de volver a las aficiones o de crearse otras nuevas. Recuperar la confianza en uno mismo es imprescindible para poder afrontar esta nueva situación. Actitudes Que Ayudan A Superar Una Ruptura 1. Piense Positivamente La etapa que acaba de finalizar ha sido mala, pero no la vida al completo. Cuando la monotonía se rompe, puede ser un buen momento para emprender una serie de proyectos que siempre había deseado hacer. Estos no tienen por qué ser grandes cambios, al menos al principio. En un primer momento, pequeñas modificaciones cotidianas pueden ayudarle a coger gusto por su nueva vida. 2. Renuévese Cambie de look y renueve todo aquello de su casa que le pueda traer malos recuerdos o vibraciones negativas. De lo contrario, pueden hacer que usted no pueda llegar alcanzar el estado mental necesario para dar un giro a su vida. Pero nunca debe intentar olvidar toda su relación anterior, la clave está en superar, no en olvidar. Tampoco es bueno idealizar la relación y conservar cada detalle u objeto que recuerde a la persona amada como reliquia. Intente verse de nuevo guapo/a o atractivo/a pero sin llegar a ser algo que no se es. No adopte un estilo adolescente para intentar disimular sus canas. La edad que tiene no se debe ocultar ya que el atractivo de una persona no está en su edad sino en su condición. Y sobre todo sepa que el cambio que ha dado es, en primer y último lugar, para usted y no para el sexo opuesto. 3. Busque Apoyo No trate de pasar el mal trago en soledad. Aunque tampoco es bueno depender de nadie, lo cierto es que para afrontar tanto cambio, es bueno aferrase a personas queridas. Conviene que busque a los amigos y amigas que ya tenía, cuidar sus relaciones y buscar nuevos amigos. Si lo esta pasando muy mal anímicamente, busque ayuda profesional médica o psicológica. 4. Manténgase activo Manténgase activo, hacer ejercicio regularmente mejorará su estado anímico. No olvide al ámbito intelectual: mantener su trabajo, involucrarse en proyectos, leer sobre temas que le interesen.
Pero ante todo siempre recuerde que el shock sentimental que se sufre cuando uno pierde a la persona que ama, es un fenómeno normal con una evolución y unas fases. Es un período denominado de DUELO, en el cual uno tiene que adaptarse a vivir y a ser feliz de nuevo sin la persona que quería.

Claudia Campos. Psicóloga Clínica. Master en Sexualidad Humana y Pareja.

lunes, 13 de abril de 2009

El Sufrimiento: Un ingrediente del amor?

Claudia Campos. MHS
Es usted una de esas mujeres que creció oyendo cuentos infantiles y/o viendo telenovelas, en donde para lograr el amor de un hombre, era casi un requisito indispensable sufrir y sufrir?. No es la única, son muchas las mujeres que han crecido con esos modelos de relación, donde el amor nunca se ve como una experiencia fácil y gratificante.
Parece mentira que uno de los misterios del amor sea que puede ascender cúspides maravillosas pero también hundirse en profundos abismos de decepción y de dolor.
Es necesario revelarse contra esas relaciones superficiales, inmaduras, manipuladoras y sufridas que muchos llegan a considerar como el “lógico y natural” estilo de interacción amorosa.
Los tormentosos celos por ejemplo, que son otro sentimiento que origina dolor, no son sino reflejo de la inseguridad y la necesidad posesiva de la otra persona. En los celos hay un sentimiento de orgullo herido, temor al abandono y dolor a los supuestos derechos violados. No son ingrediente de los verdaderos amores y es necesario combatirlos.
Cuando Ud. se enamora y pierde la real dimensión de la otra persona, es cuando se entra en una fase de idealización, solo se ve y desea ver lo positivo de quien se ama. Cuando sé esta en la cima del amor, se destacan los rasgos deseables y positivos del otro. Y con grandes maniobras mentales se desaparecen los rasgos indeseables, se encuentran razones o disculpas para ellos. Pero con el paso del tiempo salen a flote estos rasgos que no se habían querido ver, aparece la desilusión y se oyen frases como: “se me cayo del pedestal”, “yo lo tenia tan alto”, es entonces aquí, cuando el amor y la relación, necesita un nuevo y verdadero ajuste, no una adaptación dolorosa y sufrida.
Claudia Campos. Psicóloga Clínica. Master en Sexualidad Humana y Pareja.