martes, 9 de diciembre de 2008

¡Cuidado con las vacaciones!

Claudia Campos. MHS

Cuando llega la época de las vacaciones, muchas parejas logran romper con su rutina de vida y de pareja. ¿Qué será lo que sucede en ese breve período del año? ¿Qué diferencias se establecen con la vida sexual de los meses anteriores? ¿Coincide acaso con las variaciones climáticas?

Todas estas inquietudes son importantes para que las parejas tomen conciencia de aquellas cosas distintas que les permiten disfrutar plenamente del encuentro amoroso o por el contrario, de aquellas que les inhiben el placer.

Todo el mundo sabe que el estrés en la vida cotidiana limita y afecta la calidad de vida de la pareja y que, cuando éste desaparece, mejora la calidad de las relaciones. Es por ello que durante las vacaciones aumenta el interés sexual, la frecuencia y el placer de parejas cuya relación es buena, pero sin oportunidades de intimidad.

Para otros, sin embargo, las vacaciones no son propiamente un paraíso, sino, por el contrario, agudizan las distancias y lo que es peor, demuestran que aunque se elija el lugar más caribeño, las cosas no cambian.
Nada hay más patético que contemplar a una pareja tratando de jugar una ficción de segunda luna de miel y añorando sentir la pasión de hace algunos años. Cuando se llega a ese estado, tal vez resultaría mejor tomar vacaciones por separado y abrir una ventana a una situación sofocante.

En diciembre las vacaciones están cerca, y con ello, si la situación económica lo permite, llega el momento de elegir a donde ir. No sobra hacerse algunas reflexiones antes de tomar la decisión.
En primer lugar pregúntese ¿qué es lo que busca? : descanso, diversión, vida en familia, reencuentro de la pareja, activar una vida sexual o romance. Porque si lo que busca es reencuentro, intimidad y sexo, es poco probable que tenga éxito si las vacaciones incluyen a todo el grupo familiar, abuela, nana y perro. En este caso tal vez resulte mejor dividir las vacaciones, el primero –aunque sea breve- destinado a la pareja; el segundo para la familia.

Toda pareja necesita, para realimentarse, de espacios propios. Sin nadie a su alrededor, ni hijos ni familia ni amigos ni televisor. Claro que esta propuesta tiene un riesgo, puede ser que se den cuenta, al estar solos, que ya no tienen mucho que compartir. Pero esa conciencia, en definitiva, también es un logro, porque muestra que más que preocuparse de las vacaciones, deben preocuparse y hacer algo por su relación de pareja.
Claudia Campos. Psicóloga Clínica. Master en Sexualidad Humana y Pareja

lunes, 1 de diciembre de 2008

Auxilio! Llegaron las fiestas de fin de año

Claudia Campos. MHS
La gran mayoría de las personas creen que cuando se acercan las fiestas de fin de año, todo es paz, amor y alegría; pero la realidad para algunos es otra. Ya que la temporada de fin de año es época de gran tensión y conflictos.
Agregar a la rutina diaria demasiadas actividades adicionales presenta un gran reto para la salud física y emocional de cualquiera. En particular, para muchas parejas, estas fiestas pueden terminar en grandes conflictos y peleas. Por lo general los motivos que ponen en peligro la aparente calma de la época dicembrina tienen que ver con:
.Los problemas económicos; ya que la gran mayoría de las parejas se sienten tensas ante los “excesivos y obligados” gastos de la época.
.Conflictos con la familia de origen de uno de los miembros de la pareja; para muchos decir con quien pasar las fiestas es motivo de graves conflictos ya que los resentimientos del pasado salen a flote y las “preferencias” igual.
.Las fiestas laborales de fin de año; cuando alguno de los miembros de la pareja o ambos acuden a sus fiestas de fin de año, por lo general las llegadas tarde a casa hace que el fantasma de la infidelidad y por ende de los celos ronde en navidad.
.Y por ultimo entre las carreras de las compras, la preparación de la cena y las visitas que llegan; el personaje olvidado de toda esta faena es la propia pareja. Quedando como resultado de todas estas fiestas, un resentimiento enorme, una gran tensión y muchos reclamos por hacer.
Por fortuna hay cosas que podemos hacer para vencer el estrés de la época y evitar que la llegada de la navidad sea un horror. Tenga en cuenta que:
.Es una época para estar de fiesta, no un castigo. Así que tome las cosas con calma y alegría.
.El diálogo resuelve las diferencias, hable con su pareja acerca de las expectativas de esta época, de sus temores y trate de llegar a un acuerdo de cómo van a manejar la situación.
.Involucre más a su pareja en actividades como la compra de los regalos, la cena, la decoración de casa, etc.
.Sea realista al programar sus actividades; no siempre se presentan las condiciones ideales.
.Tenga en cuenta que las personas no cambian de carácter por ser la época dicembrina y pueden presentarse los problemas “de siempre”.
.Identifique de antemano situaciones que fácilmente ponen a prueba sus cabales, pues el riesgo de perderlos puede ser mayor en esta época.
.Evite tratar de lidiar con la tensión refugiándose en costumbres nocivas como fumar, beber bebidas alcohólicas o comer en exceso.
.Desarrolle técnicas positivas para mantener la calma, como la relajación, el ejercicio y fomentar el sentido del humor.
El ejercicio es una de las mejores maneras de reducir la tensión y hasta puede ayudar a evitar la depresión que sufren muchos en esta época. El ejercicio aumenta la sensación de bienestar, reduce la tristeza y ansiedad, y contribuye a dormir bien. Es muy importante que se asegure de hacer ejercicio a pesar de tener el calendario lleno de actividades este fin de año.
Sabemos que el camino del amor no es fácil, pero no le agregue una carga adicional en estos días; hay maneras de evitar el estrés propio de la época y darle un “nuevo aire” a su relación. Sólo es cuestión de poner en marcha el ingenio y la imaginación y darse permiso para vivir unas fiestas inolvidables.
Claudia Campos. Psicóloga Clínica. Master en Sexualidad Humana y Pareja